La infancia: etapa clave para una buena salud mental

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, repasamos su importancia en la infancia y cómo ésta impacta en su futuro.

La infancia es donde se construyen los cimientos de la salud mental de un ser humano: es una etapa de vital importancia que moldea la personalidad y el carácter de la persona en la que se convertirá en la adultez. Pero no solo eso, sino que también impacta en su forma de percibirse a sí misma, cómo serán sus vínculos y relaciones con otros, así como sus conductas y comportamientos. 

Por eso, porque es tan importante, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, queremos aprovechar esta fecha para recordar que es fundamental cuidar de ésta durante la infancia. Porque la salud mental es la base sobre la que construir una buena vida. 

¿Qué es la salud mental?

La salud mental hace referencia al estado de bienestar psicológico, social y emocional de una persona. Además, tiene que ver con: la capacidad para reconocer, gestionar y regular las emociones; poder adaptarse a las situaciones que surjan y la resiliencia frente a ellas; construir vínculos y relaciones sanas, tanto consigo mismos, como con los demás y el entorno. 

Por otra parte, la salud mental también incluye la forma de pensar, las actitudes y comportamientos de una persona, y cómo hacen frente al estrés y a los momentos cotidianos que pueden ser adversos. 

La infancia: la etapa que define la salud mental

Pero, ¿por qué es tan importante esta etapa en la salud mental de una persona? Porque la infancia es el periodo clave de desarrollo del cerebro y la formación de conexiones neuronales. Así, todas las situaciones y experiencias -tanto positivas, como negativas- que los niños vivan impactarán en su desarrollo cerebral y las funciones del mismo. 

Esto significa que lo que la infancia experimenta en su edad temprana no solo influirá en el momento presente, es decir cuando son niños, sino que también lo hará en su futuro, cuando sean personas adultas. De hecho, aquellas personas que han vivido experiencias traumáticas o episodios difíciles durante la infancia son más propensos a desarrollar, posteriormente, problemas de salud mental, como ansiedad, estrés crónico, depresión o estrés postraumático. 

Principales factores que influyen

Para cambiar algo, primero hay que conocerlo, después comprenderlo y, desde ahí, es cuando se puede lograr una transformación. Por eso, vamos a compartir contigo cuáles son los factores que más inciden en la calidad de la salud mental durante la infancia: 

  1. El entorno familiar. El rol y cuidado de los padres, que son los principales referentes durante la infancia, así como sus conductas y comportamientos son fundamentales. Un hogar donde el niño se siente seguro, protegido, atendido, amado y cuidado ayudará a crear en él un apego seguro, un mayor nivel de bienestar y un mejor reconocimiento y gestión de sus emociones. Por el contrario, si se trata de un ambiente familiar de desprotección, donde hay incertidumbre y donde el niño no tiene sus necesidades emocionales cubiertas, incidirá en su personalidad futura y marcará, también, cómo se relaciona consigo mismo, sus emociones y tendrá una mayor tendencia a construir vínculos poco saludables con otras personas en el futuro. 
  2. Trauma y estrés. Otro factor fundamental es éste: si ha habido experiencias traumáticas en la infancia, como la exposición a la violencia, el maltrato o la pérdida de un ser querido, habrá consecuencias en la salud mental de los niños en el presente y en su futuro como adultos. En ocasiones, personas que han vivido experiencias así tienen que lidiar en la adultez con trauma simple o trauma complejo e incluso pueden llegar a padecer cuadros de estrés crónico. 
  3. Situación socioeconómica y educación. El entorno socioeconómico de los niños es otro factor de gran importancia: el que puedan tener sus necesidades básicas cubiertas, como la vivienda, la alimentación, agua potable y condiciones de vida dignas. Las posibilidades de acceso a la educación son otro elemento clave para que puedan aprender y desarrollar habilidades, relacionarse con otros niños, y gozar de un entorno de juego, diversión y conexión. Estos dos factores, además, inciden en la calidad de vida futura de los niños cuando sean adultos, al poder tener un empleo que garantice sus necesidades y una economía que le permita tener recursos para tener una vida digna. 

Aldeas Infantiles SOS y su trabajo por la salud mental

En Aldeas Infantiles somos conscientes de que la infancia es la etapa clave en el desarrollo de una persona. Por eso, contamos en nuestros equipos con psicólogos en nuestros programas para garantizar, proteger y promover una buena salud mental en los niños, niñas y adolescentes. 

Trabajamos con familias, niños y jóvenes que se encuentran en situación de riesgo o vulnerabilidad social. A través de nuestros programas de fortalecimiento familiar damos apoyo a familias para mejorar sus condiciones de vida y prevenir la desatención y la pérdida del cuidado parental.